Primeros Pasos

Hola!!!!

Como están? Yo espero que súper bien. Me encuentro nuevamente fuera del país, y como ya se me hizo costumbre desde el año pasado, escribiré (o trataré) mis aventuras por estos lados. Se que no mucha gente me leerá, pero que va tío! hay que intentarlo.

Les cuento. Acá los aeropuertos no son cajas de fósforos como los que hay en nuestra larga y delgada franja de tierra, son reales mostros che! Por suerte pasé por invalido en todos los aeropuertos, lo que quiere decir que me saque la lotería. ¿Qué quiero decir con esto? Muy simple. Cuando llegué al aeropuerto de Santiago la señora de la aerolínea me ofreció una silla de ruedas. Como soy choro le dije que no y llegué hasta la puerta donde se entra al avión en mis muletas. Pero cuando me vio tan complicado en la puerta me ofreció de nuevo el servicio, lo cual se me hizo irresistible y le dije que sí. El avión hizo escala en Rio, donde me esperaba una silla de ruedas al salir del avión. Filete me dije, no tendré que forzar tanto mi pie. Todo se puso mas filete cuando ví la cola que habia en el detector de metales... hice un avance hasta el comienzo de la fila... todo por ser un pobre sin movilidad. Después de una hora de espera y de conversación con una señora que iba a Alemania y también iba en silla de ruedas, estaba en mi vuelo a Zurich.

La noche en el vuelo no fue lo más agradable del mundo. Tuve que mantener una sola pose durante toda la noche, lo cual me trajo dolores en mi piernecita operada. No pude dormir mucho. De las 11 horas de vuelo solo dormi 4 o 5 (al ojo), y quedé con un dolor en la pierna que sólo un buen sueño reparador en una cama podía solucionar. De ahi llegamos a Zurich.

El aeropuerto de Zurich es algo que nunca había visto. Es realmente impresionante y avanzado, un lujo, realmente un lujo. Tiene dos terminales, las cuales están unidas por un tren subterráneo. Realmente filete. Obviamente de nuevo estaba discapacitado, por lo que fui transportado y estuve en una sala de espera realmente agradable hasta que me llevaron al vuelo. Obviamente no hice cola de nuevo... y fui transportado hasta el avión que me llevaría hasta Barcelona. En Barcelona, nuevamente en silla, afronte la parte mas pelua del viaje... pasar por la aduana. No me van a creer... no me revisaron pero nada nada. Nada de carta, nada de dinero suficiente... nada nada nada.... Esta es una de las conclusiones de este viaje, estar descapacitado en un viaje asi realmente aliviana la presion en cierto sentido.